Bondanza, protagonista del inicio de temporada

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La temporada 2025 del Campeonato Regional de Rally comenzó con un fuerte componente emocional. En la primera fecha disputada en Chivilcoy, Mauricio Bondanza, acompañado por Sebastián “Pocho” Poschenrieder como navegante y al mando de un Volkswagen Gol de la clase N1, logró una victoria inolvidable que fue mucho más que un resultado deportivo: fue el reflejo de años de lucha, perseverancia y trabajo en equipo.

“Fue una alegría inmensa arrancar el campeonato de esta manera, te diría que hasta increíble”, expresó Bondanza y agregó: “Si bien uno siempre trata de dar lo mejor y que todo salga bien, muchas veces las cosas no se dan como uno espera. Esta era la primera carrera con “Pocho” en la butaca derecha, la idea era conocernos, pasar un lindo fin de semana de rally en casa y sumar horas. Pero terminó siendo inolvidable. Una satisfacción inmensa de la cual me acuerdo y me sigo emocionando”.

El triunfo en Chivilcoy tiene una carga simbólica especial. Bondanza recordó sus comienzos en el rally: “Pasó mucho tiempo desde que todo comenzó en el año 2018 alquilando nuestro primer auto con mi hermano y, lamentablemente nos duró un ratito la alegría, nos salimos del camino y destruimos un auto pero bueno el tiempo pasó armamos un auto propio y hoy estamos acá celebrando este triunfo».

Este resultado también es fruto de una relación sólida con su navegante: “Con Pocho hablamos casi todos los días, él me hace de psicólogo también, calma mis miedos y me da tranquilidad. Pero la charla siempre es la misma: salir de menos a más, ver cómo se va dando todo y principalmente pasar un lindo finde”, destacó.

Más allá de la victoria, Bondanza ya piensa en lo que viene. Con el Rally de Los Toldos en el horizonte, ya pusieron manos a la obra para preparar el auto: “Realizamos un service al motor, ya que parece que van a ser pisos muy arenosos, va a estar pesado y vamos a necesitar que el motor rinda al 100%”.

Pero el motor más potente en la carrera de Bondanza está en las personas que lo acompañan desde el primer día: “Mi gente es de fierro. Esto comenzó hace mucho y pasaron muchas cosas, pero esa gente estuvo siempre. Jamás me soltaron la mano. Desde la contención en los malos momentos hasta poner manos a la obra cuando armamos nuestro auto. Tardes y noches enteras en el galpón y siempre estuvieron ahí, cada uno haciendo lo que podía. También conocí gente nueva que casi sin conocerme hicieron mucho por mí”, describió.

“Estoy eternamente agradecido a todos ellos: a mi familia, mis amigos, los mecánicos, a mi viejo y a mi hermano que están en cada carrera, hacen la logística, llevan el auto y mucho más”, finalizó.

Mauricio Bondanza no solo ganó una carrera: celebró el esfuerzo colectivo, el camino recorrido y el valor de no rendirse. En Chivilcoy, su historia se convirtió en inspiración.

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