Bajo un cielo iluminado por las luces, el sonido de los motores y el aplauso constante del público, Chivilcoy vivió una noche a puro rally. La tradicional rampa simbólica del Rally de Chivilcoy volvió a reunir a toda la comunidad, en el marco de los festejos por el 171° aniversario de la ciudad, combinando historia, pasión y emoción en un mismo escenario.
Desde temprano, las familias comenzaron a acercarse al centro para disfrutar de la presentación de los autos y pilotos que este fin de semana recorrerán los caminos del partido. La Plaza 25 de Mayo se vistió de fiesta con banderas, luces y un ambiente de alegría que recordaba que, en Chivilcoy, el rally es más que un deporte: es una tradición compartida.
El acto contó con la presencia del intendente Guillermo Britos, quien encabezó el evento junto a autoridades municipales, representantes del Auto Club Chivilcoy y del Campeonato Regional de Rally. En su discurso, Britos destacó la importancia de mantener viva una competencia que forma parte del corazón de la ciudad: “Este rally representa mucho más que una carrera. Es una muestra del trabajo conjunto entre el municipio, el Auto Club y toda la comunidad. Nos llena de orgullo ver a tantos chivilcoyanos disfrutando, apoyando y celebrando nuestro aniversario con esta pasión que nos une”, expresó ante una multitud que respondió con aplausos y emoción.
A lo largo de la noche, los equipos desfilaron por la rampa, saludando al público y mostrando sus autos listos para el desafío.
Uno de los momentos más sentidos de la velada fue el reconocimiento a Alcides Bruno, un referente inolvidable del automovilismo regional. En su honor, se entregó una distinción especial a su hijo, Alan Bruno, quien recibió el reconocimiento en medio de una ovación y con visible emoción. Fue un instante de profunda conexión entre generaciones, que recordó a quienes forjaron el camino de esta pasión.
El cierre de la jornada fue una verdadera fiesta. Con la plaza colmada, luces encendidas y motores rugiendo, Chivilcoy despidió una noche emotiva, donde el rally y el aniversario se fundieron en una sola celebración. Una velada que reafirmó lo que todos sienten cada octubre: que el Rally de Chivilcoy es parte del alma de la ciudad, y que cada año, en su aniversario, el ruido de los motores suena como una canción de orgullo, historia y pertenencia.