Luego de una pausa, Juan Ayarza Garré, junto a Adriano Sanguinetti, tuvo un regreso perfecto al quedarse con la victoria en la clase Junior del Rally de Chivilcoy, sexta fecha válida por el Campeonato Regional de Rally. El binomio local volvió a la competencia con un auto completamente renovado y logró transformar en triunfo lo que hace un año había sido un duro golpe.
La historia tuvo una vuelta de página soñada: el VW Gol Trend preparado por Diego Greco y Juan Moreno, con motor de “Machete” Esteban, respondió de principio a fin. La dupla lideró en la clasificación de la clase y consolidó su ritmo en caminos conocidos, cerrando un fin de semana de esos que dejan marca.
El piloto repasó todo el proceso que los llevó hasta este resultado: “En el primer Rally de Chivilcoy del año pasado, el auto se destruyó, lo tuvimos que hacer nuevo, eso nos llevó un tiempo y también decidimos evolucionar un poquito el chasis, corregir algunas cosas que se podían mejorar. Todo lo que se hizo nos llevó un tiempo, y me costó volver porque lo del vuelco fue en la segunda carrera que tenía el auto, y pudimos estar presentes ahora, hubiese querido correr antes y no pude».
«Procuramos hacer las cosas a conciencia para que el auto quede mejor que el otro. No salimos a probar mucho, salimos determinados a hacer las cosas prolijas y a sumar todos los kilómetros de esta carrera, para llevarnos la información y seguir creciendo, porque sabemos que hay cosas para seguir mejorando, pero también determinados en lo deportivo a dar vuelta la hoja de lo que nos había pasado el año pasado, para darle una impronta diferente y que se dé por terminado lo que pasó», agregó.
Correr en su ciudad, frente a la gente que lo vio crecer y con su familia en la asistencia, le dio un valor diferente al resultado. No se trató solo de ganar, sino de compartirlo con quienes estuvieron en cada etapa del proceso: los que ayudaron a reconstruir el auto, los que alentaron en silencio durante la recuperación y los que ahora pudieron abrazarlo en el podio: «Felices porque fue en casa, disfruté el triunfo pero aún más porque estuvo la familia”, expresó Ayarza Garré.
Por último, el agradecimiento a quien lo acompañó durante toda la carrera en la butaca derecha: “A Adriano, que siempre está firme en la butaca derecha, compartiendo cada kilómetro con la misma pasión y confianza. Es muy importante para mí su acompañamiento durante todo este tiempo”.
Por su parte, Adriano Sanguinetti destacó la importancia de haber cumplido con cada objetivo propuesto para el fin de semana: “Ganar en Chivilcoy nos deja contentos de que hicimos las cosas bien, con un buen ritmo de entrada para ver dónde estábamos parados. Si bien el plan siempre fue hacer todos los kilómetros de carrera y no tomar riesgos innecesarios, no fue fácil haber destruido un auto juntos y, un año y medio después, debutar otro nuevo en la misma carrera. Fue un fin de semana muy positivo, sumado a todo el cariño de la familia y de la gente amiga que por ahí no tiene posibilidad de siempre vernos en lo que disfrutamos hacer”.
El binomio local volvió, ganó y cerró un capítulo pendiente. El Rally de Chivilcoy les permitió disfrutar un regreso que fue mucho más que una victoria y celebrar, en casa, el esfuerzo de todo un año.